viernes, 1 de febrero de 2013

Un promedio de 20 niños vienen al mundo cada año en el crematorio


TEGUCIGALPA.- Entre olores nauseabundos y zopilotes que se disputan los restos de comida con humanos, cada año nacen un promedio de 20 niños en el crematorio municipal de la capital, ubicado en la carretera a Olancho, según miembros de iglesias que apoyan a estas personas.

Unos 20 niños nacen al año en el crematorio municipal.

En este lugar, donde permanecen mujeres que carecen de un empleo, un esposo responsable, mucho menos algún nivel educativo, y para colmo, cualquier vagabundo las convierte en madre, los niños nacen a la buena de Dios.

El pastor de la iglesia Pentecostés, Ramón Argueta, manifestó que durante el año atienden a más de 300 madres solteras que ahí se dedican a recoger material reciclable. A cada rato dan a luz y tienen que auxiliarlas para trasladarlas a los centros asistenciales más inmediatos.

“Ahí es un lugar donde se consume droga y las muchachas que muchas veces salen embarazadas, es por causa de la necesidad y la pobreza que viven, entonces son conquistadas, sobornadas por dinero de la gente particular que pasa por ahí o los mismos pepenadores”, expresó Argueta.

Añadió que algunas se entregan por droga o por dinero y en esas instancias es donde resultan embarazadas. En consecuencia nacen los niños sin que haya padres responsables y no hay quién asista a estas mujeres, y así procrean hasta seis hijos en medio de la basura.

Días después que las madres dan a luz, aparecen con sus tiernos y se dedican al mismo trabajo de recoger material en medio de ese ambiente lleno de insalubridad, solo los acomodan en pedazos de cartón y trapos viejos a expensas del sol o que puedan morir soterrados.
El pastor Ramón Argueta dijo que en esta iglesia ayudan a drogadictos, madres solteras y niños desamparados.

El pastor dijo que cada año nacen entre 18 y 20 niños, que tienen que adaptarse a esas circunstancias y así van creciendo con problemas de desnutrición, y a los años comienzan a trabajar, también a una edad temprana comienzan a inhalan sustancias tóxicas.
Sin embargo, en el centro de rehabilitación les ayudan con alimentos. “Nosotros salimos a pedir ofrenda, alimentos y ropa a los mercados para cubrir las necesidades de ellos y de otros drogadictos que tenemos en el centro de rehabilitación en la iglesia, porque ahí siempre hemos ayudado aunque sea con un poquito a cada uno”.
Comentó que esos niños van creciendo por misericordia de Dios, a pesar que padecen de desnutrición logran sobrevivir y algunos consiguen ir a la escuela. “Lo admirable o lamentable es que las madres, incurriendo en prostitución y delinquiendo, logran mandarlos a clases”.

SOLIDARIDAD DE PEPENADORES

Por su parte, el presidente de la Cooperativa de Pepenadores, Armindo Laínez, manifestó que cuando hay una mujer embarazada le dan seguimiento y al momento que presenta los síntomas de parto, comienzan a pedir colaboración para llevarla a un centro asistencial.
Los menores de edad permanentemente viven estos riesgos de desprenderse y morir aplastados o soterrados.

“Cuando hacemos la colecta con los pepenadores, luego hablamos con las personas que suben a dejar basura en carros pailas, les pedimos que nos hagan el favor de llevarlas a donde sus familiares o directamente al hospital”, detalló Laínez.
Comentó que “tres días después esas mujeres ya andan con esos niños tiernitos asoleándolos y dejándolos en cualquier lugar y cuando menos acuerdan no los vuelven a ver porque les cayó una camionada de basura”.
“Varios niños ya han quedado soterrados porque hemos visto cuando las madres andan buscándolos y aunque escarban en los promontorios de basura, no los vuelven a ver”.
Lamentó que si la gente tuviera dónde vivir no arriesgaría sus niños, pero lastimosamente los pierden en los basureros.
En ese sentido, pidió a las autoridades que hagan un proyecto habitacional en ese sector, con un centro asistencial, porque cada vez va creciendo la población que se dedica a la actividad de la basura. Pero las emergencias no solo es por partos, ya que gente introduce las manos a los promontorios de basura se hiere con vidrios y otros objetos punzantes.
“El gobierno debe mirar hacia el crematorio, porque ahí vivimos una gran población con necesidades que nadie la atiende, por ejemplo ahí no hay agua para tomar, no hay servicios sanitarios y mucho menos atención médica para tanto niño desnutrido”. (ECA)(fotografias de mardoqueo lainez)

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